La historia esta repleta de grandes momentos, hechos impresionantes o sucesos que cambiaron el pensamiento un claro ejemplo es el sistema capitalista que no ha sufrido una
discontinuidad y por el contrario se encuentra en un constante cambio dirigido hacia la evolución. Por otro lado se ha producido paralelamente un proceso que intenta reivindicar a quienes se encuentran a merced de este sistema.
Metrópolis es una cita rodada hace mucho tiempo, tanto así que es un clásico del cine mudo, no obstante pese a ser una cita “vieja” el fondo (el contenido) no es distinto, ha cambiado en una forma superficial pero sigue manteniendo la “esencia”. Metrópolis refleja la historias del proletariado y su lucha por la reivindicación que con la llegada de la tecnología se encuentra en declive y a punto de extinguirse. La tecnología ha demostrado ser “dicotómica” ya que muestra su ventaja y desventaja (aunque todo proceso suscitado en la historia lleva cargas positivas y negativas), metrópolis busca ser una ciudad que funcione con un mecanismo infalible -el mecanismo utilizado en los rejos- los pequeños engranaje son sustituidos por enormes y colosales engranajes, piezas enormes y un sistema operativo que tiende a ser garantizado todo ello es parte de la naciente “maquina-tecnología”.
Pero lo imperceptible en este proceso tecnológico, es la mano de obra que garantiza la estabilidad de la “maquina-tecnológica”, la mano de obra, el proletariado, el obrero es el sujeto que tiene contacto directo con la “maquina-tecnológica”, y el patrón es quien logra que la “maquina-tecnológica”, tecnológica llegue a su empresa. Ahora bien en esta circunstancia vemos que el patrón ahora tiene a su disposición la “mano de obra” y la “maquina-tecnológica”.
¿Cómo lidiar y mantener una estabilidad entre estos dos? la situación parece difícil pero no imposible y esto es visible mediante Metrópolis al definir que el mediador entre “la mente y la mano es el corazón” visto desde aquí –no tanto de una manera poética- las empresas o instituciones, funcionan combinando de una manera equitativa (no en una forma numérica, ya que existe una diferencia de fuerza) mostrando que el hombre y la “maquina-tecnológica” son elementos indispensables para el progreso de la empresa, el uno no pude funcionar sin el otro. La equidad logra un funcionamiento eficiente.
Metrópolis es una cita rodada hace mucho tiempo, tanto así que es un clásico del cine mudo, no obstante pese a ser una cita “vieja” el fondo (el contenido) no es distinto, ha cambiado en una forma superficial pero sigue manteniendo la “esencia”. Metrópolis refleja la historias del proletariado y su lucha por la reivindicación que con la llegada de la tecnología se encuentra en declive y a punto de extinguirse. La tecnología ha demostrado ser “dicotómica” ya que muestra su ventaja y desventaja (aunque todo proceso suscitado en la historia lleva cargas positivas y negativas), metrópolis busca ser una ciudad que funcione con un mecanismo infalible -el mecanismo utilizado en los rejos- los pequeños engranaje son sustituidos por enormes y colosales engranajes, piezas enormes y un sistema operativo que tiende a ser garantizado todo ello es parte de la naciente “maquina-tecnología”.
Pero lo imperceptible en este proceso tecnológico, es la mano de obra que garantiza la estabilidad de la “maquina-tecnológica”, la mano de obra, el proletariado, el obrero es el sujeto que tiene contacto directo con la “maquina-tecnológica”, y el patrón es quien logra que la “maquina-tecnológica”, tecnológica llegue a su empresa. Ahora bien en esta circunstancia vemos que el patrón ahora tiene a su disposición la “mano de obra” y la “maquina-tecnológica”.
¿Cómo lidiar y mantener una estabilidad entre estos dos? la situación parece difícil pero no imposible y esto es visible mediante Metrópolis al definir que el mediador entre “la mente y la mano es el corazón” visto desde aquí –no tanto de una manera poética- las empresas o instituciones, funcionan combinando de una manera equitativa (no en una forma numérica, ya que existe una diferencia de fuerza) mostrando que el hombre y la “maquina-tecnológica” son elementos indispensables para el progreso de la empresa, el uno no pude funcionar sin el otro. La equidad logra un funcionamiento eficiente.
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